!!!!Qué
aburrimiento!!!! Estar en casa todo el día, sin poder hacer nada, me carcome
por dentro. Me empecé a leer el libro Crimen y Castigo y me he pasado
toda la tarde leyendo, y ya me duele la vista. Aunque me quedé en un buen
pasaje, justo cuando Raskolnikov acabó de matar a las hermanas Aliona Ivanovna
y Lizaveta Ivanovna. Tengo ganas de seguir leyendo, pero me duele un poco la
cabeza, ya no sé si es de fijar tantas horas la vista o de la debilidad de mi
cuerpo.
“Tienes
que hacer dieta blanda”, me dijo el médico. Al diablo la dieta blanda. Odio la
dieta blanda. Los purecitos, la sopita, los juguitos, ya estoy harta y solo
llevo dos días así. Tengo ganas de salir a dar una vuelta, de caminar y de
hacer ejercicios. Esto de estar acostada todo el día, me cansa más que si
estuviera corriendo en un maratón.
Los
culpables de este estado crítico son mis excordales. Ayer me despedí de ellos.
Los dejé en manos del doctor que me los
sacó. Confieso que este doctorcito me asustó un poco. Él es recién graduado y
había estudiado conmigo en la Escuela de Superación Para Atletas (ESPA) Aurelio
Janet cuando estábamos en el preuniversitario. Imagínense qué susto pasé, no
quería ser operada por un antiguo jugador de jockeys, ahora convertido en
estomatólogo. Nada cerré los ojos y le entregué mi boca.
Primero
me anestesió. ¡!!Ay!!! cómo me dolió
eso, creo que fue el único dolor que sentí. Luego mi cara y mi boca empezaron a
dormirse. Me dijo si sientes dolor o algún tipo de molestias me avisas. Comenzó
la extracción. Con una agilidad extraordinaria me sacó el primero, el segundo
si le causó un poquito más de trabajo, pero al final casi, sin darme cuenta, ya
tenía los dos en sus manos mostrándomelos.
Yo aún
permanecía asustada, no creía que todo había terminado. Después me dio el método:
1-Morder
torunda por 30 minutos
2-No
bajar la cabeza las primeras horas
3-No
hacer esfuerzo físico
4-Mantener
higiene bucal
5-Tomar
dipirona, no aspirina 2 tabletas cada 8 horas
6-DIETA
BLANDA
He aquí
los causantes de tanto aburrimiento. Ese día llegué a mi casa, como si nada. Me
sentía bien. Encendí la computadora y me puse a leer y hasta a escribir. Bajaba
y subía las escaleras. Cada vez que me llamaban por teléfono para
saber cómo había salido, me ponía a conversar. Todo estuvo ok hasta que me quite
la torunda de la boca y empecé a sangrar. Por poco me da una cosa. Después tuve
que sentarme tranquila en un sillón, sin apenas moverme y esperar a que pasasen
las horas. Me entró un dolor de cabeza enorme y me sentía fatigada. Esas cosas
pasan por no hacerle caso a lo que dice el médico, me decía mi abuela, la voz
de la experiencia. Por suerte ya me recuperé o estoy en eso. Sigo con mi dieta
blanda, ahora en vez de sentada, acostada, esperando que pase el tiempo para
salir a la calle y comerme un buen plato de comida. Esta dieta impuesta me
duele más que cualquier otra cosa. Pronto tomaré otra vez el libro en mis
manos….y comenzaré a leer hasta que me molesté la vista o el hambre llegué a mí
de nuevo.
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