Yoandry Cáceres Rivero profesa una vocación infundada desde que tiene
uso de razón. La sensibilidad por las bellas artes le corre por su
cuerpo a un ritmo que no puede detener. Tiene el don de pintar y es un
aprendiz de este oficio que perfecciona cada día con entera dedicación.
Viste a la moda un short negro de mezclilla, con zapatillas rojas y
blancas que combinan con su pulóver deportivo y en su interior da
muestras de una sencillez infinita. Este joven fue el alumno más
integral en la VIII graduación de la Escuela de Instructores de Arte, en
la manifestación de Arte.
Mientras esperaba junto a sus familiares, en un pequeño salón de la
galería de la Asociación Hermanos Saíz (AHS), el comienzo de su primera
exposición personal, titulada Retractus, lo asedié para indagar acerca
de su obra aún inédita.
Yoandry, con tan solo 21 años, se expresa locuazmente y habla con una
fluidez desmedida. Este artista en ciernes, a pesar de no tener a nadie
en su familia que lo influyera, desde pequeño le gusta pintar y
desenvolverse en el mundo de las artes plásticas, sobre todo apreciar
muy bien todo lo que le rodea.
Pero no fue hasta séptimo grado que comenzó a dar clases particulares
con una excelente profesora. “Yo diría que gracias a ella mi vocación
cogió raíces de verdad”, confesó el nobel artista. Luego al terminar el
noveno grado, inició la carrera de Instructores de Arte en la provincia
de Matanzas y en estos momentos se encuentra cumpliendo su último año
del servicio social en una Escuela Primaria de su poblado Bermejas, y
desde entonces no se ha apartado del camino de la creación.
Recientemente indagando para ingresar a la AHS, les mostró sus pinturas
en formato digital y le ofrecieron la posibilidad de exponer su obra en
este espacio. “Por supuesto que acepté porque todo lo que había hecho
era colectivo, nada personal, fueron buenas experiencias, pero no se
pueden comparar con una como esta, expresó emocionado Yoandry.
La exposición se encuentra compuesta por una representación de su tesis
de graduación. “A la serie Candor pertenecen casi la totalidad de las
piezas donde los retratados son rostros de infantes, observándose la
laboriosidad paciente del retratista tratando de captar hasta el detalle
más ínfimo del retratado y haciendo galas de una pulcritud casi
obstinada, sobre todo en las que toma como soporte la cartulina,
mostrándonos una visualidad fotográfica apegada de cierto modo al
hiperrealismo”, de esta forma valoró la Licenciada Idania S. Álvarez, la
presentación del pintor.
Precisamente la corriente del hiperrealismo es la que defiende Yoandry,
aunque no se considera un hiperrealista a cabalidad. “Me gusta mucho el
realismo a la máxima expresión, principalmente ahora estuve enfrascado
en el estudio de la figura humana, que es la temática de esta
exposición. El estudio de la figura humana, en cuanto a la anatomía de
los bebés en diferentes edades, pero sobre todo la expresión en cada
rostro del bebé”, explicó.
Yoandry gusta de los contrastes de luces y sombras como un elemento
fundamental en el diseño de sus cuadros. “La luz natural sobre todo para
resaltar los planos del rostro le da más riqueza al lienzo y a la vez
ayuda mucho en la expresión de los retratados”.
Sobre la obra que más le impactó opinó que fue la del parto porque “a
pesar de haber sido la última que realicé para completar la serie, es la
primera de la serie porque es el momento sublime, el nacimiento del
bebé y sobre todo me gustó mucho la forma en que trabajé el punto de
énfasis con el empaste del material y la espátula para llamar más la
atención y dar la impresión de ese expresionismo tan desagradable que da
la forma en que el bebé sale a la luz. La considero la obra cumbre,
porque es el momento más importante en la vida”.
Sin embargo la especialista Idania consideró que “la menos lograda es la
que recrea la escena del nacimiento, pues se hace visible el desigual
trabajo en diferentes zonas del cuadro y donde pudo haberle sacado más
partido a los empastes, mezclar más los colores escondiéndolos y
sacándolos a la superficie, elaborando un entramado que hubiera dado al
traste con una textura mucho más enriquecida”. Quizás Yoandry deba
incorporar estos consejos para que en sus futuras creaciones, pueda
perfeccionar más su técnica y llegar a ser uno de los grandes.
En cuanto a los principales pintores de los que ha tomado elementos han
sido Flavio Garciandía, uno de los principales precursores del
hiperrealismo en los años sesenta en Cuba, y de la contemporaneidad a
Arturo Montoto y Maikel Herrera. “Tomo elementos de ellos porque me
gusta mucho el empleo del color y la técnica que ellos utilizan, pero lo
hago muy personal, no tiene nada que ver el modo de trabajo mío con el
de ellos, pero aprecio mucho sus obras”, expresó Cáceres.
Este joven artista de la plástica sueña con aprobar las pruebas de
requisitos para el Instituto Superior de Arte, además de “continuar
trabajando porque sin nada en las manos, ningún artista puede darse a
conocer, ni tener planes futuros, el principal elemento es trabajar y
tener proyectos, ideas y seguir pintando y después todo vendrá solo”.
Actualmente se prepara para, cada vez que se siente frente a un lienzo o
cualquier otro soporte, seguir dando lo mejor de sí. “No se puede
perder nunca el espíritu de trabajo, la dedicación y la constancia
porque son los elementos que incrementarán la calidad de nuestro trabajo
diariamente”.
La suerte ya está echada y Yoandry se dirige por un buen camino, solo
resta que mantenga su espíritu de sacrificio y dedicación porque el
talento le sobra.
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