Nunca me gustó la pelota, a pesar de ser
el Deporte Nacional de Cuba, a pesar de que a mi papá le fascina, a pesar de
que medios de prensa le dan más cobertura y opacan a los otros deportes,
restándoles importancia. A pesar de los pesares, creo que si Víctor Mesa no
fuera el manager de Matanzas, también lo detestara a él.
Nunca me identifiqué con el equipo de mi
provincia, le daba a cualquiera, incluso a los creídos Industriales. No es para
menos, Matanzas durante años reservaba el último lugar en la tabla de
posiciones.
Sin
embargo, algo repentino cambió en mi vida. Ahora me encanta ir a los estadios y dar apoyo a mi equipo. Sin
importar los avatares que en el camino se me presenten. Como el primer día de
la final con Villa Clara en que a duras penas logré entrar en medio de empujones y
manotazos. O cuando salí corriendo al otro día, casi al terminar el trabajo,
desde las 5 de la tarde para poder
reservar un asiento. Sin bañarme, sin comer y con un pullover rojo con las
letras de Matanzas en blanco, que corté y acomodé a mi
gusto.
Caminar entre las gradas y congelar
rostros de alegría en una simple cámara fotográfica. Vivir la tensión. Escuchar
la gritería. Ser testigo de los vilipendios
entre los contrarios de cada equipo. Reír de felicidad cuando un
bateador de tu equipo bateaba un jonrón, anotaba una carrera, o simplemente marcaba
un hit.
Esperar
dos horas hasta que la lluvia cesara. Otra más para que acomodaran el terrero
mojado. Enfadarte cuando cometen un error. Sentir la emoción, vivirla, apasionarte
y aprender a amar la pelota, creo que lo he logrado en esta Serie Nacional.
Hoy, en este preciso instante puedo afirmar que me gusta la pelota, aunque
confieso que si mi equipo hubiese ganado me gustaría más.
Ya les tocará ganar, tranquila, todo no puede llegar de una sola vez. De ser últimos a estar dos años seguidos en el podio. De prácticamente no existir para la prensa, a estar en boca de todos. Más no se puede pedir, el título yumurino llegará, te lo aseguro...
ResponderEliminarGracias Raúl. Ojalá Matanzas ganara algún día ese título tan añorado por los matanceros.
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