Analizando al psicoanálisis


Nunca se me olvidarán las palabras del profesor Roger Ricardo cuando definió al periodista como un analista del día. Quizás sea errónea la derivación que hice de este concepto. Pero, si un periodista es un analista del día, entonces un psicoanalista puede ser un analista de las enfermedades nerviosas o mentales.

Los analistas no pueden escaparse la vocación del psicoanálisis: crítica de la modernidad, ya que este surgió como un saber de modernidad.
En todos los países del mundo, el psicoanálisis  se implantó después de la psiquiatría llamado “pineliano” (por Philippe Pinel), nacido en el siglo XVIII, que arrancó la locura del universo de la posesión demoníaca y de la religión.
Surge en medio de una sociedad convulsa, expuesta al cambio de la industrialización, al debilitamiento de las creencias religiosas, a la decadencia del patriarcado tradicional, a la disminución de los poderes teocráticos y monárquicos, al surgimiento de las democracias y  por último a la emancipación de las mujeres.
Esto evidencia la relación que establece Freud a través de una metáfora política. El habla de la anarquía que había en ese momento en la sociedad y de cómo “el viraje del desarrollo está constituido por la subordinación de las tendencias sexuales parciales a la primacía de los genitales”. Yo lo relacionaría también con la asignatura de Comunicación y Sociedad, en donde cambios en la superestructura provocan cambios en el sujeto.
Refiriéndome nuevamente a Jaime, el plantea que como mismo es central en el análisis del dinero, saber cómo y por qué una mercancía se vuelve dinero, en el psicoanálisis se trata de escribir los procesos que concluyen en la elección de tal o cual objeto y volver a trazar, re-escribir las peripecias de una historia que instaura la relación del sujeto o de aquello que toma su valor.
En la era de la modernidad la religión y la teología termina con las garantías que regulaba y  rompe con la tradición de los ideales omnipotentes. Ya que en esa etapa se acaban los mitos y el oscurantismo religioso, así como la separación de la iglesia con el estado. De esta forma el hombre queda liberado a su propia a suerte y queda con un desamparo existencial porque ya no tendría el sostén dogmático que la iglesia mantenía sobre su persona.
Marshall Berman expone que en Freud, la religión actual del hombre común es una transformación delirante de la realidad, está compuesta de ilusiones, es decir, de realizaciones imaginarias de deseos que proporcionan un alivio psíquico al individuo.
También Berman mencionó el estudio que hizo Freud en cuanto al fenómeno de la  neurosis religiosa que provocó: la pérdida de la individualidad del sujeto sumido en la multitud. Este estudio psicológico lo realizó bajo el hechizo hipnótico de un caudillo, con quien mantiene una relación libidinal de enamoramiento e identificación.
El psicoanálisis es una disciplina que presupone el desarraigo del sujeto frente a sí mismo, un descentramiento del sujeto, como dice Freud un exilio interior que pasa por tres humillaciones narcisistas: no ser ya el centro del universo, no estar ya fuera del mundo animal, y no ser ya dueño de su propia casa.
Freud, padre del psicoanálisis, y sus primeros discípulos, los famosos pioneros de la Sociedad Psicológica de los Miércoles, intentaban cambiar al hombre, no por medio de una revolución social, sino por un despertar de la conciencia: el despertar de una conciencia capaz de admitir que su libertad pudiera estar vinculada con el destino del sueño, del sexo y del deseo, con el destino de una razón vacilante.
Freud pensaba que el psicoanálisis aportaría una profundización significativa a la comprensión del pensamiento y cree que la ciencia y la tecnología podrían promover el desarrollo y el progreso del espíritu humano.
En un primer momento el sujeto freudiano perdió el amparo de la tradición, seguía amparado por una promesa de cura para su malestar y de armonía con respecto a los ideales civilizatorios. Pero en un segundo momento, el sujeto freudiano fue marcado de una manera radical por el desamparo, y debió desarrollar medios para enfrentar el incesante trabajo impuesto al psiquismo por la fuerza pulsional y sus efectos traumáticos.
Freud, comenzó sus primeros estudios con pacientes histéricos utilizando inicialmente métodos terapéuticos como la hipnosis. El buscaba descifrar el misterio del alma, desentrañar ese mundo inaccesible a través del análisis de los sueños, los sentimientos, los pensamientos y la conducta del hombre como elementos que rigen su existencia. 
Uno de los casos clínicos de Sigmund Freud fue el Sergei Petrov, conocido como el Hombre de los Lobos. A Petrov, los rasgos que le inspiraron confianza para atenderse con Freud fueron:”poco más de cincuenta años, estatura mediana, aspecto saludable, vestimenta elegante pero convencional, modales sencillos que revelan a un hombre seguro de sí mismo y dotado de una gran serenidad; ojos inteligentes cuya mirada, aunque penetrante, no lo hace sentirse incómodo.”
Menciono los rasgos que le inspiraron confianza porque un psicoanalista es a quien un enfermo hace confesiones inconcientes para que este le revele sus sueños y  le desarme y arme cada pieza de su mente como si fuera un rompecabezas.
Freud descubrió en Petrov pasajes de su niñez, escondidos en lo más profundo de su inconciente, tales como cuando le surgieron sus primeros síntomas de cólera al no recibir doble regalo, el día de su cumpleaños, que coincidía con Nochebuena.
También desentrañó los intensos miedos que Petrov padecía cuando pensaba que la estampa del lobo que la hermana le enseñaba se lo comería, así como cuando pensaba en Dios, lo relacionaba con cochino-basura y cuando pensaba en la Santa Trinidad, veía tres montones de estiércol.
Este es el mayor mérito de Freud: explorar en la desconocida región del inconciente los traumas del hombre, que en muchos casos son derivados de la formación que tuvo en la niñez, de las relaciones con los padres, en fin el ambiente familiar en que se crió.
El psicoanálisis plantea más un campo de problemas que de respuestas. Promueve la libertad, bajo un significante de la historia política que introdujo una mayor libertad para el sujeto y un cambio radical en el campo de lo político, con la vigencia de los derechos humanos.
En fin, el psicoanálisis aparece como lo que es: una de las manifestaciones del pensamiento humano, que, en su esfuerzo de Sísifo, tiende hacia la verdad como indiscernible y el acto como indecidible.
Por último, me gustaría terminar con el análisis hecho por Jaime Icho Kozak que de un modo singular relaciona el concepto del valor del dinero de Marx con el de castración de Freud, y tal parece que todo lo sólido –dígase dinero u hombre eunuco-  se desvanece en el aire.
“La sed del dinero es el deseo del valor del cambio en tanto que tal. Pero el dinero sólo es poseído cuando se le retira de circulación; vale decir que pierde así su valor de cambio universal. Esa es la ilusoria contradicción del deseo de dinero y es lo que relaciona, en el juego del deseo, el goce con la castración. La castración quiere decir: es necesario que el goce sea negado para poderlo alcanzar en la escala trastocada de la ley del deseo. De igual modo, el dinero, el representante general de la riqueza, solo es real por cuanto se lo cede, es decir, hacerlo desaparecer es el único medio de asegurarlo en tanto riqueza. Es decir, solo se realiza si es lanzado de nuevo a la circulación donde se desvanece.”



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