Un lugar para la imaginación

Brujas, magos, hadas, gnomos, un ave fénix e infinidad de otros seres mágicos habitan en una vieja casona de La Habana Vieja. Allí Daniel se sumerge en un mundo que solo creía existente en su imaginación. 

Daniel descubre este mundo por una casualidad y sin proponérselo se ve convertido en el portador de un secreto y en el protector de Ali, La Brujita de San Isidro. Este libro fue publicado en la Feria Internacional del Libro de 2009, el cual fue ganador del Premio Calendario 2008 en la categoría de narrativa infantil.
Eric Llanes Sánchez, su autor, conduce a los niños por un mundo donde la realidad y la fantasía están entremezcladas. Quizás tras leer esta primera parte muchos creerán que Eric usa una fórmula  demasiado sencilla y otros opinarán que este es solo un libro de entretenimiento, pero no es así.

La Brujita… y por ende su autor busca enseñar, pero no enseñar con fórmulas preconcebidas para una lección de escuela tediosa y aburrida, sino enseñar, con suma sutileza, a los más pequeños de casa que hay que aceptar a los demás por muy diferentes que estos se vean.
También  aboga por la amistad verdadera; por el no maltrato a los más pequeños, de cualquier forma que este pueda mostrarse; por la importancia que tiene creer en las cosas aunque estas parezcan una verdadera locura. 

La enseñanza mayor se encuentra en esa de querer mostrar que hay magia en todo el universo y que cada ser lleva una pequeña dosis en sí mismo, la que nos permite hacer los sueños realidad:

“Entonces, él metió la mano bajo su camisa y sacó su regalo para Ali. Era una rosa blanca. De nuevo, con solo tocar el regalo, se hizo la magia. De la nada, sobre la flor, apareció un rayo de sol y comenzó a caer un brillante rocío que humedeció sus pétalos. El sol parecía reflejarse en la rosa, cual si amaneciera en un jardín y empezaron a escucharse trinos de pájaros. Cuando la luz tocó los pétalos, de entre ellos salió una pequeña mariposa blanca que voló y se posó en el cabello de Ali cual una horquilla”.

Ali, la brujita de San Isidro, al comienzo de la historia se muda junto con sus padres a una casa muy antigua donde el único habitante es un fantasma miedoso. Frente a la casona donde habita la familia mágica vive Daniel y su mejor amigo Jorge con quien comparte las travesuras de los juegos, pero hay una cosa que Daniel no comparte con su amigo y es la predilección por la lectura de los cuentos de magos y hadas.

Una noche, por casualidad, Daniel y su mejor amigo presenciaron un duelo entre magos pero Yenny, la mamá de Ali, hizo con un hechizo que ambos no recordaran nada de lo sucedido aquella  noche. Al principio Daniel lo olvidó pero después recordó todo nuevamente y aunque les dijo a todos que Ali y su madre eran unas brujas nadie le creyó, aunque él estaba convencido de lo que decía y confirmó sus sospechas cuando Ali lo dejó penetrar en su mundo lleno de magia. “Sí, había una brujita en la Habana Vieja y era su amiga.” 

De esta forma el autor introduce al lector en un mundo lleno de fantasía y magia.

A lo largo de  la historia hay pequeñas cantidades de humor que la hacen más amena y deliciosa de leer:
“Mi gracia es don Luis Demetrio Anastasio Elpidio Núñez Balboa Cabeza de Vaca, archivero mayor del capitán general, y gobernador en nombre de Sus Majestades Católicas en la isla de Cuba. (…)
(…) ahora era un fantasma de categoría, él: don Luis Demetrio… creo que Anastasio y después, Pérez, ¿no? Bueno, se me olvidó.”

Presente en toda la narración están las descripciones: a los personajes, a los ambientes, a los lugares, a los estados de ánimos. Las descripciones permiten al lector sentirse en el lugar donde ocurren las aventuras de estos niños y conocer a cada personaje de la historia física y sentimentalmente.

 “Lo siguió una mujer y si con la niña pareció amanecer en la habitación, con ella irrumpieron de golpe todos los colores y sonidos de un día primaveral. Su piel resplandecía, tenía el cabello rojo, como el sol en el atardecer; sus ojos, transparentes lagunas de islas de coral, y la voz, recordaba el sonido de la fuente para el sediento. Iba vestida con una bata reluciente, blanca como las flores que adornaban su cabello.”

En el  final del libro el autor  promete nuevas aventuras para Daniel y los magos de La Habana Vieja.

Este libro puede ser una propuesta interesante para los infantes de la casa, pero que puede ser disfrutada por los no tan niños del hogar.

(Yailín Alicia Chacón Guzmán y Lis García Arango)

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