Flores de papel

El teatro tiene una magia que me seduce. No importa que el espacio se reduzca a una pequeña sala en reparación de un antiguo cine. No importa si estás sentada en un cajón sin espaldar porque las pocas sillas plásticas no alcanzan.

No importa que el calor te persiga y no esté aclimatada y ni tan siquiera lleves un abanico en el bolso.

“No importa que sea imposible (…) todos los amores posibles guardados en alguna parte de tu cuerpo, sin cambiar los muebles de lugar, sin destruirlos, con sus fantasías y sus realidades".

Solo importa la puesta en escena, la actuación, la obra en sí misma. Cuando te adentras en su interior es como si traspasaras el umbral de míticos personajes que representan un guión. Es apartarte de la realidad por unos minutos y vivir otra historia.

Una pieza teatral puede hacerte explotar de alegría o gemir de dolor. Con Flores de papel experimenté varias sensaciones al unísono. La psicología de los personajes contiene una carga emocional tan fuerte que me generó un estado de tensión todo el tiempo.


Los personajes
“Piensa en dos personajes, los que ahora verás en el escenario, con sus miedos, su desamparo, su cinismo, su crueldad, haz que esa jaula, la tuya, sea transformada según los personajes doblan sus barrotes y se aman (…)”.

Merluza, un joven vagabundo, antihéroe, seductor y destructivo,  se interna en la casa de Eva, una mujer adulta, triste, agobiada y la arrastra al abismo. Cambia su rutina, la decoración de su casa, sus hábitos.

“Se agreden o se desean sin importarle su suciedad, no sé si las de sus ropas o las del alma, que vuele como un pequeño pájaro y no muera cortado por un cuchillo, como si el destino fuera la muerte, o una vida perdida, que la cambies y la doblegues, que siembres una planta, que la riegues (…)”.

Un hombre falta de cariño, desorientado. Una mujer falta de amor, solitaria. Un hombre que la despoja, que le pone su vida de cabeza. Una mujer que lo acoge, que le permite que cambie su existencia. Y es que acaso en el mundo no existen varios Merluzas y Evas.

Ahora eso no importa. Los aplausos se escuchan. Ahora solo importa que tomes una hoja de papel, la dobles y hagas que de ella "nazcan, no flores, ni gaviotas, mucho menos una jaula (..) sino el amor".



*Los fragmentos entrecomillados son palabras del destacado dramaturgo Ulises Rodríguez Febles en cuanto a Flores de Papel, obra que ” obtuvo el Gran Premio de Puesta en Escena en el Festival de Pequeño Formato de La Habana en el 2002, además de Premio en Diseño Escénico y en Actuación Masculina y ha sido reconocida en cada una de sus presentaciones.

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