Contrario a lo sucedido el año pasado, en esta ocasión algunos centros nocturnos estatales se negaron a abrir las puertas a los entusiastas de esta festividad, incluso aunque desde tiempo antes vinieran promocionando el evento. Tal fue el caso de la discoteca “Galaxia”, gestionada por particulares pero de propiedad estatal, en la ciudad de Matanzas.
“Nos enteramos que se prohibieron las fiestas en La Habana y en Varadero, por eso llamamos a muchos lugares en la provincia y nos dijeron que a nivel nacional el Halloween no estaba autorizado”, explica Yohervis Rodríguez Martínez, director artístico del lugar.
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SMS enviados a las discotecas matanceras La Salsa, una hora antes de abrir y a la Galaxia. |
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Fiesta Halloween en Universidad de Matanzas. |
Desde hace años, la carrera de Lengua Inglesa de este centro de estudios superiores organiza “la noche de brujas”, con el objetivo de potenciar habilidades en sus estudiantes. Además de interpretar números musicales en la lengua de Shakespeare y promover la cultura anglosajona, premian los disfraces más creativos.
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Fiesta Halloween en Universidad de Matanzas. |
Igual postura mantuvieron los centros nocturnos estatales de la capital, quienes cerraron las puertas al público que acudió disfrazado. “Si hubiese ido al Atril (discoteca adjunta al teatro Karl Marx), me hubiese pasado como a mis amigos que no los dejaron entrar. Luego fueron a Don Cangrejo, cerca de allí, y les sucedió lo mismo. Muchas más personas pasaron por esa situación”, relata Adanys José Fleite Alonso, joven investigador del Centro de Inmunología Molecular.
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Fiesta Halloween en Hogo’s bar. Foto María Montenegro. |
En esta misma zona capitalina, “La Romana” también organizó su fiesta. La bailarina de la compañía Havana Queens, Aylin Pérez Hernández, cuenta que aquí se desarrollaron performances alusivos a la temática y que consiguió gran aceptación en el público. Además de ofertas culturales, otro recurso empleado para atraer público a estos lugares resultó ofrecer tragos gratis a aquellos que asistieran disfrazados.
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Halloween en el King Bar-Restaurante en La Habana. Foto de su página en Facebook. |
“Particularmente, yo celebré en casa de una amiga en Miramar. Sabíamos que los elementos decorativos eran muy costosos, pero como nuestro deseo era disfrutar el ambiente de fantasía de Halloween, buscamos la alternativa de solo disfrazarnos”, comenta Miranda Quintero. Sobre la intención institucional de limitar la propagación de la tradición foránea en Cuba, el joven no duda en calificarla de “retrógrada e inoperante, porque aunque lo prohíban, la gente buscará la manera de evadir esos muros, como ocurrió en este caso”.
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Halloween en el King Bar-Restaurante en La Habana. Foto de su página en Facebook. |
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Dayani Ramos García, se quedó en casa disfrazada de Catrina, al suspender Halloween. |
En el sector turístico también se reportaron pérdidas cuantiosas, puesto que varios hoteles habían invertido una fuerte suma en la decoración y vestuario para el evento. Como también a estos lugares llegó la prohibición, no pudo recuperarse el dinero gastado. Ante decisiones de este tipo, tomadas por unos cuantos por encima de la demanda de muchos, cabe cuestionarse quién se responsabiliza por el perjuicio económico y el malestar del público. Ya algunos se preguntan desde ahora: “¿Y el año que viene, Halloween sí o Halloween no? (Por: René Camilo García Rivera y Lis García Arango. Publicado en OnCuba)
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