El diseño: “ser o no ser arte”

El polémico debate sobre la determinación si el diseño es arte o no comenzó hace unos años atrás cuando todavía era estudiante de Periodismo en la Facultad de Comunicación de la universidad de La Habana, en sus siglas (Fcom) o simplemente en la facu, como muchos le llamaban, le llaman y le seguirán llamando. Desde ese momento se hizo aguda mi curiosidad. Confieso que nunca imaginé que existiera tanta variedad de criterios entre importantes diseñadores y especialistas.
  Según Joan Costa, “el diseño no es arte, pero vive de él porque se alimenta de sus diferentes estéticas”.
  Considero que el diseño puede ser arte, siempre y cuando encierre un valor creativo e innovador y su mensaje perdure en la mente de los hombres. Su estética depende del estilo y la originalidad del diseñador a la hora de concebirlo.
    Juan Miguel Lorite estima que el arte es uno más de los problemas que el diseño -entendido como proceso de creación, desarrollo y producción- puede resolver. Para él, el diseño no es arte, pero el arte puede diseñarse.
    En la controversia encontré la respuesta de Jacinto Salcedo, quien duda de la vigencia del concepto de arte y se pregunta: ¿El diseño no será “el arte de nuestra época”. Otros como Miguel A. Brand afirman que si es arte porque el diseño aplica técnicas de acuerdo a su oficio.
    En el caso de nuestro país, indagando descubrí que presenta una larga tradición el diseño gráfico aplicado al consumo, probablemente la más antigua de América, ya que antes de mediados del siglo XIX disponía de talleres litográficos y de una práctica aceptable en el procedimiento inventado en Alemania.
    La litografía cubana tiene como máximo exponente a Francisco Murtra, en la tipografía a José Mora, y en el cartel (y por extensión, de todo el diseño gráfico) a Félix Beltrán.
    En mi búsqueda conversé con el diseñador matancero José Ramón Chávez, quien obtuvo el Premio Nacional en el Salón de la Plástica en el año 1972 y también fue ganador del Premio 26 de Julio de las FAR. Este hombre, con más de cuarenta años en la profesión de diseñador y especializado en los carteles, defendió el criterio de que el diseño es arte.
   Chávez parte de la idea de que el diseño es arte, porque a pesar del tiempo el hombre todavía lo disfruta. “Cuando uno se sienta a diseñar, cuando se tiene una idea, ya sea para bien público o para bien comercial, siempre tiene un destinatario, por lo que el diseñador tiene que saber lo que está haciendo para poder ser capaz de atrapar la atención de la gente”.
 El diseñador matancero, Premio por la Obra de la Vida de la Revista Espacio, precisa que el cartel es un hecho de creación y por lo tanto puede llegar a ser una obra de arte, independientemente que tiene el propósito de comunicar, es interesante por la propuesta plástica, por la connotación visual.
 En el proceso de diseño es vital hacer la imagen, concebirla, escoger la tipografía y situarla en el lugar preciso en el plano, así como las letras que tienen su simbología.
  Basándome en estas valoraciones, he llegado a la conclusión que el diseño es un arte, porque para hacer un diseño se necesita del conocimiento de la técnica y, sobre todo, hay que tener talento e imaginación para crear.
   El diseñador tiene que esforzarse en su trabajo ya sea para satisfacer una necesidad del mercado o de un cliente en particular. Su obra necesita impactar la atención en un breve período de tiempo.
  Un diseño puede trascender por su textura, composición, por la capacidad de sintetizar la imagen y la escritura en un solo ser compacto que es visualizado por millones de personas.
  Estimo que un buen diseño puede ser arte, pero no todos los diseños se pueden considerar como tal. Existe una frontera que los separa. No todos los diseños tienen el mismo objetivo, algunos son meramente para facilitar el trabajo, como por ejemplo una tabla de cálculos, otros con fines publicitarios, en donde solo importa que se compre el producto.
    Aunque eso es válido para todas las manifestaciones artísticas, un pintor puede poseer algún cuadro relevante, pero eso no quiere decir que todos tengan valor.
    Por tanto, un diseño será arte, cuando en su momento impacte y responda a los intereses del espectador con un mensaje bien elaborado y un trabajo artísticamente pensado.

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