Las tres Lucías

El cartel para presentar el filme cubano Lucía (1968) muestra una excelente calidad artística y la explotación de las técnicas del diseño gráfico como efectivo medio de comunicación.

El pintor y diseñador Raúl Martínez nos legó una obra imperecedera, al lograr trasmitir con encanto artístico tres épocas de la historia de Cuba, a través del argumento de la existencia de tres mujeres que vivieron la guerra de independencia (1895), la lucha contra el dictador Machado (1933), y la primera década de la Revolución.

No cabe dudas que Martínez tuvo en cuenta para los rostros femeninos el hecho de que en el filme los roles protagónicos los interpretarían tres actrices: Raquel Revuelta, que tuvo a su cargo la interpretación de la primera Lucía; Eslinda Núñez, en el papel de la segunda, y Adela Legrá, en la tercera historia.
Con maestría en el dominio del diseño de carteles, este artista empleó para cada rostro un color diferente, además de usar con sabiduría el vestuario para que el espectador identificase el período en que vivió cada una de estas mujeres.
Las miradas de las tres mujeres también forman parte del mensaje que cada una de ellas trasmite a los espectadores en la vorágine y rigor de sus propios conflictos. Sólo la tercera Lucía (Adela Legrá) aparece en el cartel de frente, con un rostro firme y visión de optimismo en el futuro.
El pintor no dejó nada al azar, y hasta el perfil de las tres narices de las mujeres identifican su posición en la sociedad o su clase social.
La película Lucía fue seleccionada entre las diez mejores de Iberoamérica. Este largometraje reúne tres cuentos de amor, el primero de ellos recrea el romanticismo del siglo XIX y la vivencia de una mujer acosada por la guerra y la traición; en el segundo una muchacha se debate entre la pasión y la muerte en medio de una convulsa situación política; y en el tercero, una joven campesina defiende sus derechos frente a los celos de su esposo.
Llama la atención que tres flores, parecidas a las margaritas japonesas, están distribuidas en el cartel, cada una de ellas con el color de cada rostro, conformando así la idea de la delicadeza de la mujer, sin importar circunstancias ni épocas.
El título de la película abarca en letras grandes todo el extremo superior del cartel, mientras que en la parte inferior, con tipografía pequeña, aparece el nombre del director y de las tres actrices. Es una obra muy cubana, caribeña, con los colores que identifican a la geografía tropical.
Lucía fue dirigido por Humberto Solás, quien contó en cada presentación en las salas cinematográficas con el cartel de Raúl Martínez, un pintor camagüeyano, que en la década de los años cincuenta manejaba un estilo abstracto, y luego varió hacia la figuración a partir de 1963, eliminando los caracteres propios de la pintura previa, para lograr sobre la base de pinturas populares cuadros totalmente nuevos.

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